De uno u otro modo, nuestra dependencia de los vehículos a motor provoca anualmente unos 3.2 millones de muerte. Por es eso son importantes las políticas que integren soluciones que combatan conjuntamente a dos de los mayores riesgos para la salud, como son la mala calidad del aire y la inactividad física.
Transformar nuestras ciudades: buenas prácticas hacia un aire limpio y el transporte activo. Este es el título del artículo publicado en 2019 por Andrew Glazener y Haneen Khreis.
En este artículo encontramos referencias a algunas acciones concretas y datos sobre las intervenciones que se están realizando en muchos países occidentales para corregir los problemas de calidad del aire, pese a que los mayores riesgos para la salud se encuentren en África, Asia y países del Mediterráneo Oriental. Es bien conocido que la contaminación del aire ha ido aumentando en los países en vías de desarrollo mientras que los países occidentales, poco a poco va disminuyendo. Un contribuyente clave a esta contaminación es el transporte por carretera, ya que no solo aporta contaminantes los gases expulsados por los escapes, también hay que contar las partículas contaminantes liberadas debido a la degradación de los propios vehículos y de las carreteras, agravándose más si cabe debido a la proximidad de muchos hogares a vías con mucho tráfico.
Riesgo – beneficio
Mientras se corrigen los elevados niveles de contaminación urbana, se nos plantea una duda ¿superan los bencificios del desplazamiento activo a la exposición a la contaminación durante el desplazamiento?
En el artículo lo explican claramente, con cifras y referencias a estudios. Aquí solo ponemos la conclusión. SI, los beneficios del desplazamiento activo sobre el organismo, superan a los perjuicios causados por la contaminación sobre el mismo.
«En el contexto urbano anual global, las personas podrían caminar durante 16h o montar en bicicleta durante 7 horas, cada día, antes de que dejen de recibir beneficios de la actividad debido a la exposición a la contaminación del aire»
Buenas prácticas
- Políticas de reducción del uso del automóvil.
- Integración de nuevas tecnologías en el transporte.
- Mejoras en el diseño urbano para mejorar la usabilidad por ciclistas y peatones.
- Provisión de espacios verdes.
- Fomento del uso del transporte público.
En Entrenando al Curro, creemos que esta última frase que hemos tomado del artículo, resume nuestro punto de vista e ilusión. Ver nuestras ciudades libres de contaminación y con gente sana. Tampoco pedimos tanto ¿no? o ¿si?.
Fuentes
Artículo completo: Transforming Our Cities: Best Practices Towards Clean Air and Active Transportation
Imagen destacada: Artur Lysyuk on Unsplash